Como parte de su estrategia
de análisis de riesgos implementada a nivel global, el gigante estadounidense Citigroup Inc. decidió finalizar en un
período de 30 días las relaciones comerciales con todas las instituciones
financieras venezolanas, incluidas el Banco Central de Venezuela y el estatal
Banco de Venezuela.
El vocero del Citigroup inc., Juan Iramain,
indicó en una entrevista radial que la medida afecta a unas 20 instituciones
financieras venezolanas, porque el
banco decidió “parar de proveer servicios de corresponsalía bancarias a todos
los clientes de Venezuela, públicos o privados”.
“Después de una revisión periódica de
gestión del riesgo en Venezuela, Citi ha decidido suspender la banca
corresponsal y el mantenimiento de ciertas cuentas en el país. Esta decisión no
es un reflejo de nuestro compromiso con un país al que hemos servido durante
casi 100 años”, dijo Citigroup mediante un comunicado.
Las acciones del banco estadounidense forman
parte de una estrategia especial para atender “mercados de alto riesgo”, así lo confirmó el director ejecutivo de Citigroup Inc., Michael
Corbat, el pasado 02 de junio en una conferencia en la que se mostró satisfecho
por las medidas aplicadas, asegurando que el banco se ha manejado bien en
relación a las crisis económicas en Venezuela, el Oriente Medio y en otras
jurisdicciones: "Creo que vamos a demostrar, a través de algunos eventos y
ciclos, que sabemos cómo manejarnos en esos lugares", dijo.
Por su parte, Iramain explicó que la
decisión del banco no responde a criterios políticos y aseveró que están
dispuestos a ayudar a las instituciones financieras venezolanas a encontrar
otros bancos que les presten los servicios de corresponsalías.
Un problema global
Citigroup no es el único banco global
tomando estas medidas. Deutsche Bank AG, Bank of New York Mellon Corp. y el
J.P. Morgan Chase & Co., entre otros, han aumentado el escrutinio de sus
relaciones comerciales con instituciones financieras extranjeras de países de “alto riesgo” y han aplicado
cierres de cuentas corresponsales.
Durante 2015, diversos bancos
latinoamericanos, incluidos los mexicanos Banorte, Banco Azteca y Monex Grupo
Financiero, sufrieron del cierre de relaciones comerciales estadounidenses. El
mercado panameño fue otro fuertemente golpeado por el “de-risking” en los
últimos años.
Tal como lo cita el Bank for International
Settlements en su reporte sobre cuentas de corresponsalías emitido esta semana
(julio 2016), los bancos proveedores
citan frecuentemente como causas del cierre de las cuentas corresponsales “el
cumplimiento de las normas de ALD / CFT, un aumento de la percepción de
riesgo y algunas incertidumbres sobre el impacto potencial del incumplimiento”.
Muchos
bancos estadounidenses y europeos están cerrando cuentas y terminando
relaciones con instituciones extranjeras por considerar que el riesgo que
presentan las convierte en “poco rentables”, esto sumado al incremento del
costo del cumplimiento, especialmente asociado a la identificación de los
clientes de sus clientes que exigen los reguladores.
Según una encuesta efectuada en 2014 por
KPMG en la que participaron más de 300 bancos, entre 2001 y 2004 se registró un
aumento del 61% de los costos del cumplimiento ALD; para el 2007 el aumento
había sido de 58%; un extra de 45% en 2011 y 53% más en 2014.
En enero de 2016, el vicepresidente del
Consejo de Administración de Banco Azteca, Luis Niño de Rivera, explicó al
diario estadounidense The Wall Street Journal, que los bancos estadounidenses
saben que “las sanciones son grandes y las ganancias son pequeñas, es una
simple aritmética: ¿Hago un millón de dólares, pero me van a multar por mil
millones? No lo hago”.
FUENTE: Lavado de dinero.com
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